Ángeles Mastretta.
Nacida en Puebla, México. En el año 1949, se graduó en periodismo en la facultad de ciencias políticas y sociales en el año 1985.
De estilo calido y familias, narra con sencillez y crudeza. En destino de las mujeres formadas en una sociedad con inquietudes de genero, resalta por sobre todas las historias que cuenta, el valor de los vínculos sanos como medio eficaz para prevenir la violencia.
Es autora de varias obras:
-“MUJER DE OJOS GRANDE”, donde claramente tipifica conductas sociales que conducen a la violencia.
-“ARRANCAME LA VIDA”, fue su primer obra, publicada en 11 idiomas, en 1985.
- En el año 1994 termina y edita “PUERTO LIBRE”.
-En 1995 “MAL DE AMORES”.
-En 1998 “EL MUNDO ILUMINADO”.
-En el 1999 “NINGUNA ETERNIDAD COMO LA MIA”.
-En el 2004 “EL CIELO DE LOS LEONES.
-En el 2008 “MARIDOS”.
les dejamos un fragmento de su libro "mujeres de ojos grandes":
Esto último no le pasó nunca a la tía Ofelia, porque a la tía Ofelia la vida la cercó varias veces con su arbitrariedad y sus infortunios, pero ella jamás abrumó a nadie con la historia de sus pesares. Dicen que fueron muchos, pero ni siquiera se sabe cuántos, y menos las causas, porque ella se encargó de borrarlos cada mañana del recuerdo ajeno.
Era una mujer de brazos fuertes y expresión juguetona, tenía una risa clara y contagiosa que supo soltar siempre en el momento adecuado. En cambio, nadie la vio llorar jamás.
A veces le dolían el aire y la tierra que pisaba, el sol del amanecer, la cuenca de los ojos. Le dolían como un vértigo el recuerdo, y como la peor amenaza, el futuro. Despertaba a media noche con la certidumbre de que se partiría en dos, segura de que el dolor se la comería de golpe. Pero apenas había luz para todos, ella se levantaba, se ponía la risa, se acomodaba el brillo en las pestañas, y salía a encontrar a los demás como si los pesares la hicieran flotar.
Nadie se atrevió a compadecerla nunca. Era tan extravagante su fortaleza, que la gente empezó a buscarla para pedirle ayuda. ¿Cuál era su secreto? ¿Quién amparaba sus aflicciones? ¿De dónde sacaba el talento que la mantenía erguida frente a las peores desgracias?
Un día le contó su secreto a una mujer joven cuyas penas parecían no tener remedio:
-Hay muchas maneras de dividir a los seres humanos- le dijo-. Yo los divido entre los que se arrugan para arriba y los que se arrugan para abajo, y quiero pertenecer a los primeros. Quiero que mi cara de vieja no sea triste, quiero tener las arrugas de la risa y llevármelas conmigo al otro mundo. Quien sabe lo que habrá que enfrentar allá.
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