1- Ningún ser humano merece ser golpeado.
2- La violencia no debe tener lugar dentro de una familia.
3- Nadie debe vivir con miedo, lastima, insultado o amenazado dentro de su propia familia.
4- La violencia es una modalidad de conducta inaceptable.
5- La violencia por lo general culmina con un delito.
6- El que golpea es responsable de su comportamiento.
7- Ningún argumento o razonamiento justifica al seno de la violencia.
8- La conducta violenta puede controlarse y dominarse.
9- No hay ninguna excusa que justifique la falta de control.
10- El hombre tiene derechos a enojarse pero no recurrir a la violencia.
11- Una mujer golpeada no esta justificada si le pega a sus hijos.
12- La idea de la “provocación” de la violencia es un mito para tolerarla.
13- Cuando la violencia ha empezado, no se detiene espontáneamente y aumenta con el paso del tiempo.
14- Las intervenciones en violencia familiar y marital deben ser realizadas por profesionales y personas especializadas en el tema.
15- Los profesionales masculinos pueden tener dificultades de desempeño en la asistencia a mujeres golpeadas.
16- Las profesionales mujeres tienen que revisar cuidadosamente su experiencia genérica antes de asistir a mujeres golpeadas.
17- La intervención no puede darse desde una actitud de neutralidad hacia las conductas violentas.
18- La seguridad de la victima debe anteponerse a todo concepto.
19- La mujer golpeada debe ser tratada ante todo como individuo no como esposa o madre.
20- El foco inicial de la tarea no es el problema conyugal, sino el poner a salvo a la mujer y a los niños.
21- Las mujeres golpeadas no son masoquistas ni obtienen plazos en ser golpeadas y amenazadas.
22- Los hombres violentos, en su mayoría no son individuos con alguna patología especial.
23- La prevención debe dirigirse a las raíces sociales del fenómeno.
24- La educación es el requisito esencial de una buena tarea de prevención.
25- Toda persona que trabaja en instituciones de la comunidad debe tener conocimientos sobre violencia familiar, para detectarla.
26- Toda intervención asistencial medica, psicológica, social o judicial debe incluir una rutina de intervención acerca de la existencia de hechos de violencia familiar y efectuar las derivaciones correspondientes.