Vamos a contarles una pequeña historia, y tal como se escucha y ve en otros ámbitos: como en los noticieros, o en programas de investigación social, también tiene fundamento real por cruda que parezca esta realidad, basémonos en los dichos del poeta Capdevila, que decía:
“Cuentan historias muy viejas, que en viejos libros están…..así comenzaban siempre los relatos de otra edad”.
Pero en esta ocasión la edad es la nuestra, la realidad también es la nuestra, somos un grupo de mujeres pampeanas, que habitamos una pequeña ciudad en el norte de la provincia: Eduardo Castex, nacimos como grupo hace algo más de dos años, el 90% de las miembros del grupo han sido o son aun victimas de violencia de género o “mujeres golpeadas” como denomina el común de la sociedad, nos formamos en el dolor, en las humillaciones más variadas y aberrantes, pero muchas….hoy lo pueden contar, porque rompieron el silencio y se liberaron del miedo que las paralizo durante mucho tiempo, algunas fueron victimas 12, 15, 20 y 22 años. Nos fortalecimos juntas mano con mano, espalda con espalda, lágrima con lagrima….y comenzamos a transitar otros caminos, sin vergüenzas ni culpas, con la frente alta con dignidad y conciencia, con nuestras hijas/os como respaldo y garantía de vida.
Un día salió el sol, fue en marzo del 2009, ese día nació RENACER, como el ave fénix renacimos de las cenizas de la violencia que nos ató y atormentó, hundiéndonos en la oscuridad del que no sabe qué hacer y no encuentra una salida, comenzamos a reunirnos entre pares y aprendimos:
COMO SIRVE que te escuchen
COMO SIRVE un hombro solidario
COMO SIRVE una mirada cómplice
COMO SIRVEN las lágrimas compartidas
COMO SIRVE el desahogo
COMO SIRVE un silencioso abrazo.
Empezamos con terapias grupales, individuales, nos hemos ido capacitando en el conocimiento y aplicación de nuestros derechos, en el conocimiento cabal de las leyes.
Hoy funcionamos:
Acompañando, asesorando, conteniendo y protegiendo.
Participamos activamente en talleres, foros, seminarios y encuentros sobre violencia de género, nos hemos consolidado como grupo humano y con mucho esfuerzo nos hemos hecho conocer. Día a día se nos acercan mujeres buscando ayuda y apoyo.
Nos simboliza un pañuelo naranja, que representa el trabajo y la lucha, nuestras antepasadas lo usaban, en la cabeza como identificación de género y en la mano para enjugar sudor y lágrimas, el grupo lo usa al cuello a modo de los gauchos, guerreros sencillos y pacíficos de nuestra Pampa, el color identifica a nuestra ciudad.
Nuestra lucha es y será contar la violencia de género, nuestras voces unifican las miles de voces anónimas de las que aun hoy son víctimas, nuestros rostros visibilizan el coraje aun escondido de las que aun hoy son víctimas.
Nuestro objetivo: que las mujeres dejemos de ser estadística de muerte sin justicia cierta.
Nuestro grito: ¡Basta de violencia de género!
Somos 52 voces, 52 presencias, ACÁ ESTAMOS.
GRUPO RENACER